Una noche, un viajero llegó al mesón en busca de refugio y comida. Don Rodrigo le ofreció un banquete espléndido, pero al finalizar la cena, el viajero comenzó a sentirse mal. El cocinero, lejos de ayudarle, reveló su verdadera naturaleza y el terrible pacto que había hecho. El viajero, un hombre piadoso y justo, logró invocar una maldición sobre Don Rodrigo y su mesón antes de morir.

Desde entonces, "Las Viandas" quedó encantado. Se dice que el espíritu de Don Rodrigo vaga por el mesón, cocinando cada noche, pero nunca puede saciar su hambre. Los platos servidos en el restaurante son deliciosos, pero los que se aventuran a comer allí por la noche afirman ver sombras extrañas y escuchar susurros inquietantes.

El mesón ha cambiado de propietarios a lo largo de los siglos, pero siempre conserva su aura de misterio y encanto. Aunque la mayoría de la gente evita visitarlo después del anochecer, hay quienes buscan vivir la experiencia y descubrir si la leyenda es cierta.